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jueves, 5 de mayo de 2011

CONTENIDOS DE TECNOLOGIA 2º AÑO


UNIDAD N° 3
EL CAMBIO DE LAS TECNOLOGÍAS


Un reciente estudio del Centro Internacional de Investigaciones para el desarrollo y la Comisión de las Naciones Unidas sobre “Ciencia y Tecnología para el Desarrollo” (1998) describe los dos sistemas de valores que luchan por el predominio en la Comunidad Mundial:
1)     Uno es inclusivo, abierto, y efectúa intentos consistentes para integrar a los débiles y desfavorecidos.
2)     Otro es excluyente, fracturado, restrictivo, dominado por el fuerte y poderoso para su propio beneficio, con concentraciones crecientes de tecnología, riqueza y poder, y escasa consideración para los que quedan rezagados.
La diferencia no es simplemente entre “lo privado y lo público”, sino más bien entre “explotación y cooperación”.
Las respuestas gubernamentales van desde las completas y positivas hasta las parciales, despreocupadas y reactivas. Algunos países anhelan aprender y elaborar políticas internas sólidas y participar plenamente en los debates y negociaciones globales. Otros desean responder pero carecen de los recursos y también están los que no responden al desafío. Nuevamente, lo expuesto no implica necesariamente una división entre el gobierno y el sector privado. Los gobiernos deben conducir, pero el país en su conjunto debe aprender. Además, es importante darse cuenta de que ser activo no significa necesariamente controlar y que no hacer nada es también una política como lo es el hacer algo, salvo que el no hacer nada impide el aprendizaje. La mayoría de las personas, y también de las organizaciones, aprenden de sus errores”.
Es fácil deducir de la descripción del párrafo (1) que, en el mundo actual, el sistema excluyente, darwiniano, se impone fácilmente al inclusivo. Mientras que, de acuerdo con el párrafo (2), muchos tenderíamos a opinar que las políticas argentinas pueden calificarse de “parciales, despreocupadas y reactivas”. Por supuesto, como corresponde a todo paper que se precie, cuando hay dos ejes -el que va de la exclusión a la inclusión y el de las respuestas ‘completas y positivas’ a las “parciales, despreocupadas y reactivas”- aparecen cuatro cuadrantes. De acuerdo con el párrafo anterior, a los argentinos nos corresponde estar en el cuadrante que recibe el gráfico nombre de “La marcha de los locos”.
¿Qué podemos hacer para que una descripción de alternativas no se convierta en un pronóstico irreversible de lo que sucederá durante los próximos tres o cuatro lustros? Primero, reconocer el tablero en el que nos encontramos, luego, deducir a qué juegan los demás y a qué jugamos nosotros -por comisión o por omisión, como pueden ser los pecados- y, más tarde, tratar de ganar piezas y de desplazarlas con sensatez.
Para conocer el tablero recorreremos las características de la globalización y las consecuencias de la competencia en la que estamos insertos y en la que cada día -muchas veces sin ser plenamente concientes- debemos encontrar respuestas a nuevos interrogantes y a situaciones inéditas. Para tener ideas de qué se juega en ese tablero observaremos el panorama de las nuevas tecnologías de la información y veremos cómo la informática, las telecomunicaciones, la robótica y las biotecnologías transforman nuestro trabajo, así como las innovaciones que estas tecnologías provocan o favorecen, cambian a las empresas. También se deben tener en cuenta las reglas de la sociedad del conocimiento y de la economía basada en el conocimiento en la que se están integrando los países más industrializados y de las que solemos olvidar que formamos parte de su periferia. En este escenario, hay que analizar las dimensiones de las decisiones que puede tomar un trabajador y, en particular, qué educación se necesita. Finalmente, se debe aportar elementos para juzgar si este recorrido, que es necesario, no es insuficiente si el Estado no cumple con algunas funciones decisivas.
Vivimos la globalización. Una economía global es aquella en la que sus funciones estratégicas se conciben y ejecutan a escala planetaria, en tiempo real. Y esta globalidad sólo es posible por el desarrollo de las tecnologías de la información (TICs): con ellas, el capital, las tecnologías, la gestión, la información y los mercados críticos se han globalizado.
Esta globalización es muy despareja ya que, mientras algunos ciudadanos de algunos países están globalizados, otros están aún más excluidos que antes. Cada norteamericano invierte y gasta 3.000 veces más en informática y telecomunicaciones que un ciudadano de Bangladesh (India) y hay elementos para suponer que, si se pudiera medir cómo se comportan un pobre y un rico que viven en los EE.UU., se encontraría una relación parecida.


Las nuevas relaciones que se establecen entre la empresa y el Estado -entre el poder económico y el poder político- son causa y efecto de la globalización. Las grandes empresas adoptan las principales decisiones estratégicas, como las de asignación de recursos tecnológicos y económicos, mientras que parece que algunos Estados se baten en retirada, reaccionando antes que anticipando y siguiendo, en lugar de conducir.
La realidad es más compleja y sutil, ya que los Estados y las empresas han entrado en una nueva alianza dinámica, que se acepta que el éxito de las empresas nacionales en la escena mundial es una premisa para el logro y preservación de la autonomía tecnológica y económica del país.
En las economías globalizadas el trabajo ya no puede ajustarse a las normas tradicionales de estructuras jerárquicas explícitas, con precisas descripciones de tareas para importantes volúmenes de trabajo no calificado: hoy se necesitan trabajadores flexibles, que dominen varias habilidades (multi-skilled) y que sepan priorizar la tarea (task-oriented). El empleo es menos estable y seguro que antes y el concepto de empleo garantizado de por vida es una reliquia de tiempos pasados.
Cada día hay más casos en los que es indiferente que quien participa y colabora en nuestra labor esté a nuestro lado, compartiendo el espacio de trabajo, o que se encuentre a miles de kilómetros. En la mayoría de esos casos suele tener poca importancia el momento preciso en el que cada uno hace lo que le corresponde; ya no es como en la cadena de montaje, en la que esa precisión es obligatoria. A su vez, muchos intercambios -por ejemplo, los financieros- hoy se han convertido en una circulación de impulsos eléctricos en las redes, con lo que han desaparecido las funciones de los que antes intervenían en ellos. Por eso se puede decir que las tecnologías de la información destruyen los tres pilares que tradicionalmente han fundamentado el contrato de trabajo. Estos pilares eran la unidad de lugar, de tiempo y de funciones o tareas. Hoy las tecnologías de la información permiten la descentralización del trabajo, la desincronización de las actividades y, con la desmaterialización de los intercambios, la diversificación de las tareas y la despersonalización de las funciones.
En esta nueva economía, fabricar un producto o suministrar un servicio se ha convertido en un simple truco de salón en la economía global, ya que se lo puede hacer tan fácilmente en Chicago como en Chile o en Chipre. Por eso los salarios se relacionan con la productividad y, por ejemplo, es difícil explicar por qué un obrero francés debe ganar más que el obrero chino que hace lo mismo que él con una productividad comparable.
Por otra parte, cuanto más sencilla es la tarea que alguien ejecuta, con más firmeza se puede afirmar que hay alguien, en otro lugar del mundo, que la puede hacer -igual o mejor- por mucho menos dinero y que, también, en poco tiempo, una nueva tecnología suprimirá ese empleo. Ahora bien, qué es “sencilla” y qué tecnología es “nueva” son conceptos relativos y dinámicos: una nueva tecnología hoy puede generar muchos empleos y otra, más “nueva”, suprimirlos mañana.
Las nuevas tecnologías crean y destruyen empleos, pero el balance depende del contexto institucional, de las estrategias de las empresas y de las políticas públicas. Cuanto más amplia y profunda es la difusión de las TICs en los puestos de trabajo, mayor es la necesidad de trabajadores autónomos y competentes que sepan programar y decidir secuencias enteras de su trabajo. A pesar de que siempre habrá tareas rutinarias para trabajadores poco capacitados, el futuro del trabajo en las sociedades avanzadas estará dominado por la productividad de las tareas intensivas en inteligencia.


Las economías de los países que se denominan ‘más industrializados’ se basan, cada vez más, en conocimientos e información. Así surge la expresión ‘economía basada en el conocimiento’ (knowledge based economy), que implica, y exige, una nueva teoría del crecimiento.
Una alternativa que se debe tener en cuenta en países como el nuestro es que, si no se toma conciencia de las consecuencias de estas condiciones inéditas, en un futuro bastante cercano, se podrían formar sólo tres clases de recursos humanos: los que tendrán las más altas calificaciones profesionales, que les permitirían desempeñarse en los ámbitos más exigentes, en cualquier país del mundo; aquellos que serán aptos para la gestión de las organizaciones locales, en particular, de aquellas que forman parte de redes o conglomerados que saben definir eficazmente las reglas de juego y los demás, quienes sólo pueden realizar tareas simples y se verán permanente obligados a superar los avatares que les provocará tanto la oferta de mano de obra más barata en algún otro rincón del mundo, como la adopción de nuevas tecnologías que suprimirán la necesidad de esa mano de obra. Otra variable que hay que integrar en este cuadro es que hoy, en Europa hay 367.000 puestos de trabajo en el sector de las TICs que no han sido cubiertos, mientras que en el Silicon Valley se habla de un déficit de 260.000 profesionales. Muchos latinoamericanos serán atraídos por estos empleos, con lo que se reducirá la disponibilidad de gente competente para participar en la adaptación de las economías latinoamericanas a estas nuevas reglas de juego. Esta carencia ya se evidencia hoy en la Argentina.
En el mundo globalizado las nuevas tecnologías transforman el trabajo pero las instituciones sociales que deben respaldar ese cambio casi siempre se quedan muy atrás. Más aun, las cifras parecen indicar que las instituciones y la organización social del trabajo tienen más influencia que las tecnologías en la creación y destrucción de empleos. Para sobrevivir hay que diseñar nuevas políticas públicas, nuevas estrategias de negocios y nuevos proyectos personales. Y esta obligación implica a todos los actores sociales.



Esta economía exige altos niveles de educación que casi ninguna escuela de nuestro país está proveyendo.
En el siglo XXI habrá productos de elevada y de baja tecnología, pero la mayoría de los productos y los servicios serán elaborados con procesos de elevada tecnología. Por eso, si el camino que lleva al éxito de las empresas es la invención de nuevos productos y procesos, la educación del 25 por ciento más inteligente de la fuerza de trabajo es decisiva. En ese grupo superior alguien inventará los nuevos productos del futuro. Pero, si el camino que lleva al éxito está en ser el mejor productor y el más barato, la educación del 50 por ciento inferior de la población ocupará el centro del escenario, ya que este sector de la población debe abordar esos nuevos procesos.

Es importante tener en cuenta que el análisis de la Tecnología nos la presenta así como un complejo formado tanto por los elementos de la naturaleza racional como irracional, conscientes e inconscientes, que son portadores instrumentales tanto de las conductas de poder y sometimiento como de las de adaptación sana al medio natural y social.

Por otra parte, la influencia que juega el conjunto de los procesos, tecnologías, profesiones e instituciones que interactúan en cada momento histórico (medio técnico) sobre los ritmos de cambio de las tecnologías, operan sobre los procesos de reproducción y de tecnificación de las actividades humanas y de sus tecnologías, dando como consecuencia una clara expresión de lo social y de lo cultural.


Las Técnicas:

Entendiéndose que el término técnicas se asocia al conjunto de acciones que realiza una persona para alcanzar un fin determinado, utilizando por lo general, herramientas o máquinas. Un modelo general, para el análisis de las técnicas, incluye a los medios (herramientas, máquinas, etc.) a las operaciones (cortar, medir, controlar, transportar, etc.) y a las personas (operarios, técnicos, ingenieros, etc.) cada uno poniendo en juego conocimientos y habilidades.


El cambio técnico:

Existen determinados factores (sociales, contexto, entorno, económicos, etc.) que motorizan cambios en los productos y que además también producen efectos –no solamente en los productos- sino que también  pueden impulsar cambios en las técnicas.
Las técnicas, además se van modificando guiadas por la búsqueda de la eficiencia (menor esfuerzo, menor tiempo, menor costo, mejores resultados, etc.). Si analizamos una técnica, prestando atención a los medios empleados, a las operaciones realizadas y a los roles humanos, podemos reconocer que, normalmente, un cambio en un medio provoca una modificación en los roles humanos (en los gestos, en las habilidades o en los saberes).
Los cambios técnicos, se producen también cuando se busca adaptar la técnica empleada en una tarea para que pueda ser utilizada en otra tarea.
Poniendo la mirada en el mundo de la producción y analizándolo desde una perspectiva histórica, pueden reconocerse algunos puntos claves en el proceso del cambio técnico: la mecanización de las tareas, caracterizada por la transferencia de las funciones humanas a los artefactos; la introducción de las líneas de montajes que dio pié a la automatización de la producción, la incorporación de las computadoras a la producción, que permitió optimizar los procesos de control, administración y gestión; la robótica que permitió flexibilizar los procesos, etc.

El contexto:

Es contundente establecer una fuerte relación entre las técnicas y el contexto en que se desenvuelven: las condiciones climáticas y la organización económica condicionaban el tipo de construcciones para el almacenamiento; los grandes consumos energéticos en las ciudades impulsaron nuevos desarrollos en materia de transporte vertical (montacargas, ascensores, etc.).
Un motor importante en los cambios es la búsqueda de la eficiencia; otros factores que aparecen como relevantes a la hora de producir cambios, provienen del contexto y pueden ser: necesidades sociales, los intereses o los valores personales hasta las circunstancias causales, los impulsos creativos e innovadores, etc.
En síntesis, el desarrollo de la actividad técnica, no puede ser comprendido en su totalidad si, además de los aspectos específicamente técnicos (artefactos, conocimientos, habilidades, etc.) no se incluye en el análisis a las organizaciones económicas y sociales así como también a los aspectos culturales (valores, hábitos, creencias, etc.) en cada lugar y momento en que esas técnicas se desenvuelven.

La tecnología:

El desarrollo de las tecnologías modernas se caracteriza por la búsqueda sistemática por maximizar la eficiencia técnica, por lograr los medios más adecuados para conseguir un fin propuesto. El proceso de innovación ES CONSTANTE; es un imperativo que se cuenta de antemano. En el diseño tecnológico actual los artefactos se diseñan “para ser mejorados” de inmediato.
En las tecnologías preindustriales (1760-1820, Inglaterra) en cambio, la innovación surgía como un proceso de maduración de la propia técnica, la técnica tradicional se diseñaba y enseñaba como si fuera “para toda la vida”.
Sin embargo, cabe destacar que en el proceso de solución a un problema práctico puede reconocerse la interacción entre un componente técnico (las técnicas con sus medios, sus operaciones y los saberes y habilidades necesarias), un componente cultural (que se manifiesta a través de los valores, hábitos y creencias que influyen en la resolución del problema) y un componente organizacional (que abarca a la organización económica y social  en la que ese problema se haya contextualizado) se dice que se está frente a una PRÁCTICA TECNOLÓGICA.



Diseño Despiece:




Clasificación de los materiales según su origen:
DISEÑO -  EXPLICACIÓN DEL CUADRO SINÓPTICO





PRCESO QUE SIGUE LA TECNOLOGÍA PARA BRINDAR UNA SOLUCIÓN TÉCNICA
1)    Las condicionantes del contexto, al momento de dar una respuesta a un grupo de personas demandantes de una solución determinada, a partir de la construcción de un “producto tecnológico” (que puede ser: bien tangible, proceso o servicio), son:
1-a) Geográfico-climáticas: accidentes geográficos territoriales (ríos, mares, lagunas, montañas), temperatura, regímenes de lluvia, etc.
1-b) Socioculturales: Cultura tradicional local de las personas demandantes, historia del lugar, usos y costumbres locales, sentido de identidad histórica, etc.
1-c)  Político-económicas: Decisiones de gobierno (nacional, provincial, municipal) que conllevan, debido a la gran magnitud del producto tecnológico que se requiere, de la correspondiente partida presupuestaria (desembolso económico), previa votación de las cámaras de diputados, senadores o concejales –según corresponda-. También pueden tratarse de acuerdos internacionales (ej.: represas, rutas –Panamericana-, etc.)

2)    La demanda, el problema o la necesidad, es la situación que padece ese grupo de personas por la ausencia de un confort adecuado y que, se satisfacerían a partir del uso del “Producto Tecnológico” que se debe crear y/o diseñar.

3)    Para abordar el conocimiento del problema, en primer lugar debemos establecer una comunicación con los demandantes o futuros usuarios del producto. Para preguntarles por medio de encuestas, entrevistas, etc. cómo y en qué grado satisfacieron esa necesidad originaria hasta ese momento. Luego y a partir de esa base empezar a darles respuesta con un Diseño tecnológico adecuado a la necesidad concreta (Evaluación de soluciones previas o asociadas a él, así como también su aplicación y/o adaptabilidad a su uso y entorno). En esta etapa, ya nos encontramos en el proceso específico de DISEÑO.  

4)     Siempre se debe tener en cuenta a los usuarios y/o consumidores, los interrogantes que se deben formular son:
4-a) ¿Cómo debe ser el producto tecnológico?. Tamaño, textura, soluciones de apoyo, estabilidad, esbeltez, morfología anatómica, etc.
4-b) ¿Qué condiciones debe cumplir?. Fuente de energía, tiempo y/o frecuencia de uso, etc.
4-c) ¿A quién/quiénes debe satisfacer y cómo?. Refiere a la cantidad de usuarios, segmento de edad de consumidores, sus hábitos relacionados con la solución, grado de conocimiento y/o manejo del producto, etc.

5)    En esta etapa nos encontramos frente a la Toma de Decisión del Proyecto Tecnológico y para ello debemos tener en cuenta la instancia de los Recursos:
5-a) Recursos Materiales: ¿con qué se hará? Refiere a la materialidad constructiva tanto de las piezas que componen el mecanismo interno del producto y, que cada una será de un material determinado, según a qué esfuerzo esté sometida. También la materialidad constructiva externa del producto, se elegirá en función si debe poseer características de aislante térmico, eléctrico, hidrófugo, lumínico, etc.
5-b) Recursos Técnicos: ¿cómo se hará? Refiere a la “cadena de producción en serie”, las maquinarias que se emplearán para la fabricación del producto en grandes cantidades, en el menor tiempo posible e inclusive con ensamblaje final de las diversas piezas constitutivas. Ej.: Cortadoras, perfiladoras, remachadoras, soldadoras, ensambladoras, etc.
5-c) Recursos humanos: Operarios controlando y/o manejando las maquinarias de producción.
En este momento, es muy importante tener en cuenta como diseñadores que, debemos manejar los conceptos de “eficacia  y eficiencia”, es decir lograr dar respuesta a la demanda, con un producto tecnológico que responda a las necesidades originales pero además, hacerlo en el menor tiempo posible de fabricación en serie (en cuánto tiempo y a qué costo) –menor cantidad de maquinarias automáticas en la línea de producción, que realicen varias funciones al mismo tiempo -se beneficiarán los costos de suministro de energía para producir (porque son menos máquinas) y, la mano de obra especializada (operarios frente a las máquinas manejándolas)-, por consiguiente se logrará un menor costo del producto por unidad en el mercado.

6)    Evaluación de Impacto: En esta etapa nos encontramos evaluando y sometiendo “al prototipo” de nuestro producto (uno sólo) a todos los efectos más desfavorables de uso: ej. Tensiones de rotura, corte, máximos suministros de energía, si posee algún/os material/es constructivos nocivos para el contacto humano, contaminación, etc.
En el caso que esta evaluación dé negativa, se debe recomenzar el proceso de Diseño, ya que hemos descuidado o no tenido en cuenta algún factor importante en todo el proceso de diseñar el producto tecnológico, es decir volvemos al conocimiento del problema. En cambio, si da positivo, se continúa con la siguiente etapa.

7)    Proceso de ejecución y/o fabricación: Estamos frente a la producción manufacturada en serie del producto. Debemos tener en cuenta para ello, que toda fabricación de productos para uso humano, debe estar adecuada a estándares de calidad, durabilidad e higiene en su proceso de elaboración (Normas ISO e IRAM).

8)    El Producto Tecnológico se encuentra elaborado en serie, empaquetado y se lo introduce en el mercado de consumo, a través de empresas con organización comercial que, a su vez poseen redes de distribución con logística adecuada para abastecer tanto el interior del país como el exterior.

9)    La satisfacción de la demanda fue cumplida con éxito y, por consiguiente la solución esperada por los consumidores demandantes fue concluida, cumpliendo con rangos de calidad, materialidad, durabilidad e inclusive fácil manejo de uso acorde al segmento poblacional al que esté dirigido dicho Producto Tecnológico.



Cómo se hace?

Comprar, tirar, comprar:

Prof. Arq. Ricardo E. CANOSA
Prof. Arq. Flavia PANZERI 


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